Aunque ha sido un año complicado, con un inicio de temporada muy por debajo de nuestras expectativas, la recta final de la temporada ha sido todo lo contrario, con grandes momentos de luces salpicados de algunas derrotas y terminando por convertir al campo municipal Martínez Pirri en una fortaleza para el equipo, al que terminamos por llamar "Territorio Polillas".

La recta final de la temporada nos a traído la permanencia y con ello el ascenso del equipo a la División de Honor de juveniles.

A esa afición inquebrantable, que aunque pequeña termino siendo ruidosa, a los técnicos, a la directiva, a esos padres y madres que partido tras partido nos habéis acompañado y por supuesto a todos los jugadores que con vuestro esfuerzo habéis logrado este triunfo. 

Somos una familia, somos un club.